This week there is an exhibition of my paintings in the Comercial Archive from La Seu D’Urgell. Considering that I like to paint, and the landscapes of this town inspired me, I decided to express my ideas trough some poetic paintings, wich represent the beauty and originality of this place. The exhibition can be seen until the 1st of March.
21/02/2013
Exhibition of drawings
This week there is an exhibition of my paintings in the Comercial Archive from La Seu D’Urgell. Considering that I like to paint, and the landscapes of this town inspired me, I decided to express my ideas trough some poetic paintings, wich represent the beauty and originality of this place. The exhibition can be seen until the 1st of March.
12/02/2013
Estes días Diana esta compartiendo la cultura rumana con nosotros. En la Biblioteca Sant Augustí hay una exposición de fotos, monedas y decoraciones típicas.
Además hace talleres como lo que hicimos la semana pasada: pintar huevos de Pascua y hacer pulseras de muñecos. La manera rumana de dar la bienvenida a la primavera!
Mañana a las seis hará una hora de cuentos y el sábado a las once un taller de cocina. Venid para descubrir la cultura rumana!
Muñecos que forman un broche o pulseras. Las chicas romanas los llevan durante el mes de marzo. |
Huevos pintados que se comen el día de Pascua. |
22/01/2013
Queréis saber más? Venid a la Biblioteca Sant Agustí!! |
The last weeks I prepared an exhibition on Germany, which can be seen at the local library until the end of January. I very much enjoyed creating all of the pieces. Each one displays another aspect of the German culture.
Fins Aviat! Samyra
18/12/2012
Que farem, que direm...Bon Nadal a tots!
Last week we staged a Christmas tale with a group of children from a local primary school. Principal characters: the Minairons! Magical beings, similar to elves, who enchant the Pyrenees at Christmas time. Perfect for us to get into the Christmas spirit, as by the end of this week, the three of us are going home for the holidays.Feliz Navidad y feliz año nuevo a todos!
19/11/2012
Hola!
Cuantas mas cosas tenemos que contar... menos tiempo tenemos para hacerlo !
Sí, lo sabemos! Esta muy mal. Desde hace un mes casi no hemos escrito nada.
Pero a favor de nuestra defensa, ahora vamos muy liadas las tres.
Para que os deis cuenta, os voy a contar tres días “normales”de una
alemana, una rumana y una francesa en territorio catalán.
Lunes, 9h : Con las bufandas, los gorros y los abrigos que requieren las
mañanas pirenaicas, llegamos las tres a la Oficina Joven. Charlamos un rato con
las compañeras de la oficina, enchufamos los ordenadores y la semana va
empezando. Cada una echa un vistazo a su horario de la semana y a las 10,
quedamos las tres para hablar de un proyecto que tenemos en común : el café de
los idiomas. Mientras Diana se dedica a dibujar el cartel, Samyra y yo vamos a
los bares... a ver a dónde lo podríamos hacer (sin pedir nada, por favor. Os
recuerdo que solo son las 10 y pico). Encontramos un bar que esta de acuerdo.
Samyra vuelve a la oficina para crear la pagina facebook de este proyecto. Y yo
me voy hacia el archivo comarcal, a dedicarme a otro proyecto. Allí, me quedo
unas horas a transcribir manuscritos franceses del siglo XVII que usaré después
para construir una unidad pedagógica con el departamento de francés de la
escuela oficial de idiomas. Ya son las 2 y media cuando levanto la mirada de
mis manuscritos y me doy cuenta que he faltado a la hora de comer en el
instituto donde comemos. La tarde del lunes la tenemos libre. Pero el cielo
perfectamente azul, que vemos rodear el Cadí (la montaña emblemática de la Seu
d'Urgell) desde la ventana, nos convence para salir a sacar unas fotos para una
posible exposición. Volvemos a casa sobre las 6 y media. Cogemos una libreta y
un boli y vamos casi corriendo hasta la clase de catalán. Clase de catalán que
dejamos un poco antes de que se acabe para ir a una clase de teatro (en catala,
si us plau) a la cual nos hemos apuntado también. Y es así como a las 11 y media
se acaba nuestra jornada y volvemos, cansadas y felices, a cenar a casa.
El martes por la mañana, no pasamos por la oficina. Bajamos al pueblo de
Oliana. Allí, quedamos con nuestra amiga Aina, una chica que pertenece a una
asociación de artesanos, Cau de l'Art, para montar otro proyecto : en el ámbito
de la fiesta de todos los santos (“tots sants” en catalán), organizamos juntas
una fiesta de la artesanía. Se trata de montar todo, desde la decoración del
sitio (que hacemos con material reciclado y cosas que cogemos en la naturaleza)
hasta la ubicación de las paradas en la plaza de la fiesta. Pasamos la
mañana “restaurando “ sillones de mimbre
un poco estropeados con yedra y ramos de flores. Comemos con la familia de Aina
y a las tres, nos vamos all instituto de Oliana dónde hemos quedado con unas
chicas con quien organizamos un “desfile-baile” con piezas de artesanía. Cuando
acabamos, a las 5, Sandra, nuestra tutora, nos espera al portal para llevarnos
hasta la Seu dónde ahora nos toca la “clase de castellano”. En vez de clases
formales, merendamos cada martes con la que ha pasado rápidamente del papel de
profe al de amiga. Charlamos hasta las siete, ella intenta desesperadamente que
entendamos algo sobre el subjuntivo y antes de despedirse, quedamos el próximo
sábado, para visitar juntas la ciudad de Lleida. Cuando salimos del bar, la
alemana, que, como todos los alemanes, es una persona muy sana, va a correr. La
francesa, que, como todos los franceses, no es sana para nada, va a otro bar, a
beber unas copas de vino con amigos. Pero este es un blog muy serio y muy
profesional y esa parte no hace falta contarla...
El miércoles, mientras yo voy directamente al archivo, Samyra y Diana se
van a la biblioteca. Diana tiene una reunión para preparar una exposición sobre
Rumanía. Samyra se dedica a elegir música tradicional para la fiesta de Oliana.
Me voy del archivo a la una. Por primera vez en toda la semana, voy a comer en
el instituto. Saludamos a la gente de allí con las pocas palabras que llevamos
en catalán pero aun que sea poco, les hace mucha gracia. Charlamos, bromeamos,
intentan casarme con la mitad de la Seu para que me quede aquí y volvemos a
casa. No por mucho tiempo. Esta tarde, Samyra y Diana van al centro abierto, en
el cual están montando un proyecto de teatro con niños para navidad. Yo he
quedado con una chica de aquí que quiere hacer un SVE en Francia y que estoy
ayudando. Ademas, para nosotras, hoy es un día importante. A las 5 y media, un
poco nerviosas, andamos hasta la escuela oficial de idiomas. En el “tast de
llengües”, cada una tiene que presentar su país durante media hora... en
castellano. Es un éxito para cada una. Así que después, con la mala influencia
francesa, decidimos que tenemos que brindar por nuestra primera “charla” en
castellano y nos vamos a un bar... ( lo siguiente esta censurado)
Ahora espero que entendais mejor que, entre nuestra vida “profesional” y
nuestra vida nocturna, nos queda poco tiempo para escribir en este blog.
Fins aviat
Sarah
Hey there!
The more
there is to tell you, the less time we have to do so. It’s just that now all
three of us are pretty busy on our intercultural mission here in the Pyrenees.
To give you an idea of what the life of a French, a Romanian and a German on
Catalonian territory is like I’ll describe you three regular days:
Monday, 9am
(well…almost at least): We get to the
office, chat with the girls, turn on the computers and start getting in a
working mood. After taking a look at this week’s schedule we sit together
talking about an upcoming project: Cafè dels Idiomes – Café of the
languages. Diana gets started on Photoshop, designing the poster. Sarah and I
go out to look for a bar interested in hosting our project. When found I go
back to the office, creating the Facebook event. Sarah goes off to the city
archive, where she is transcribing French documents from the 17th
century. Monday afternoon we are free, but the sunny weather convinces us to
walk around the city, taking some photos for a possible exhibition in the local
library.
Our Catalan
course this evening we have to leave early for an actor’s class at the office.
So much fun!!
Tuesday:
Today we don’t go to the office. After a 40 minute drive through the Pyrenees
we arrive in Oliana, where we help a friend with the organisation of a fiesta.That includes making decorations out of recycled materials, planning which
stand goes where and choreographing a fashion show with girls of the local
school. At five o’clock Sandra, our tutor, takes us home to La Seu. Every
Tuesday afternoon we meet Annabel, our Spanish teacher, for some quite serious
Spanish lessons. We sit together, drink peach juice, talk about weird
Spanish/French/German habits, the trip to Lleida planned for next weekend, and…yeah a little about the subjuntivo, too.
Wednesday:
While Sarah is off to the 17th century, Diana and I go to the
library. Diana attends a meeting about an exhibition presenting her country to
the local community. I look for some traditional music to play at the fiesta of
Oliana. Also on my list: Christmas songs for children. With the children of a
local primary school Diana and I are staging the story of the Minairons – Santa’s elves here in the
Pyrenees. At the same time Sarah is meeting a girl who wants to go to France as
volunteer, passing on her own experiences and helping out with the French.
All of us
are a little nervous about this evening: we will hold a presentation about our
culture at the language institute – 30 minutes in Spanish! But in the end
everything goes smoothly. Afterwards we go out to celebrate :)
Fins aviat,
Samyra
15/10/2012
- UN MOIS DE VOLONTARIAT -
Dimanche dernier, nous étions le 7 octobre. Dimanche dernier, je me suis
réveillée de bonne humeur, animée par un enthousiasme débordant : j'allais
écrire un article, en français pour en faire profiter mes compatriotes, à
l'occasion de mes un mois de volontariat à la Seu.
Seulement voilà, nous sommes samedi 12 octobre et... toujours pas
d'article. Je ne sais pas par où commencer. Par où continuer et par où terminer
non plus, d'ailleurs.
Je n'ai pas envie de vous raconter mes journées une à une, du réveil,
dans cette chambre que parfois encore je ne reconnais pas comme étant mienne en
ouvrant les yeux, à l'extinction des feux après ma séance quotidienne de
lecture en espagnol. Je voudrais vous servir quelque-chose de divertissant, vous
emmener un peu avec moi à la Seu d'Urgell, vous faire vivre l'espace de
quelques lignes un peu de la vie d'une volontaire européenne.
Voici donc, dans le désordre, quelques fragments, à peine une esquisse,
tout au plus quelques contours, de ce mois passé dans les Pyrénées catalanes.
Du départ, de l'arrivée... et de la nécessité de s'y préparer.
Je suis une grande fille de 28 ans, j'ai l'habitude de voyager. Aussi
ai-je pris un peu à la légère les conseils de mes amis, de mon organisation
d'envoi. Je suis partie comme ça, sans autre forme de préparation que la valise
que j'ai faite bien entendu au dernier moment. A ma décharge, c'était ma
première fois avec une valise. Grande baroudeuse que je suis, je n'ai eu
d'aventures qu'avec des sacs à dos. Et je dois confesser que, jusqu'à présent,
je regardais même avec quelque dédain celles qui pour moi renfermaient la
promesse de vacances bourgeoisement ennuyeuse dans un hôtel de capitale.
Du coup, j'ai fait comme on fait toujours la première fois,
maladroitement. J'ai rempli ma valise comme pour partir en randonnée : quelques
vêtements, des chaussures de marche, une trousse de toilette sommaire. Quant au
reste, j'apprendrai à m'en passer.
Quelques heures après avoir quitté l'aéroport de Barcelone, je pose ma
pauvre petite valise dans un nouvel appartement, une nouvelle ville, un nouveau
pays et je comprends que je ne suis pas partie pour de longues vacances mais
bien pour une nouvelle vie.
Les deux autres volontaires s'empressent de remplir leur chambre
d'objets qui leur rappellent qui elles sont, d'où elles viennent : photos de
leurs proches, livres et films dans leur langue, souvenirs et autres menus
trésors. Moi, je range mes vêtements et... plus rien. Je me sens seule, perdue.
Mais de ce vide sidéral qui m'entoure, je vais apprendre et découvrir en
moi des ressources que j'ignorais. Moi qui ne m'en étais jamais donné les
moyens, moi qui m'en étais toujours cru incapable, je vais en quelques heures
libérer toute l'énergie créatrice que j'avais enfouie sous une carapace d'inhibitions et de complexes.
Je sors dans la rue. Indifférente au regard des gens, je récolte tout ce qui me
tombe sous la main, réveillant la Amélie Poulain qui sommeille en moi. Une
assiette de porcelaine blanche, quelques cailloux colorés, trois feuilles
mortes et voilà que nait sur ma commode tout un paysage automnal qui me dit qui
je suis quand je le regarde puisque c'est moi qui lui ai donné la vie. Quelques
feuilles de Canson colorées, deux feutres,une bombe de peinture noire, et voilà
que tout à coup je sais dessiner, dessiner quelque chose qui me ressemble
puisque j'ai laissé enfin libre cours à mon imagination que je découvre
fertile. Et, alors que je m'étends sur mon lit pour contempler ce nouvel
univers, je comprends que durant ces six mois, je vais apprendre l'espagnol, le
catalan... mais je vais surtout apprendre un peu mieux qui je suis.
Petits et grands apprentissages
Quoi que vous pensiez de mes hautes envolées philosophiques,
le SVE n'en reste pas moins d'abord et avant tout un merveilleux chantier
d'apprentissages. Bien sûr il y a les plus évidents, les grands : apprendre la
langue du pays dans lequel vous vous trouvez, apprendre à vivre et à travailler
avec des gens qui n'ont pas la même culture que vous, apprendre à réaliser de
nouvelles tâches, apprendre à participer à de nouvelles activités... autant de
nouvelles compétences qui à la fin du séjour sont certifiées par un beau papier
officiel appelé le Youthpass. Et puis il y a le off. Tous ces micros
apprentissages de la vie quotidienne qui ne sont sanctionnés par aucun diplome,
qui parfois même se payent le luxe de ne servir à rien mais qui sont autant de
petites gourmandises pour l'esprit. En voici une liste non exhaustive.
J'ai appris qu'en Catalogne, on parle catalan. Pour de vrai.
Que ce n'est pas un patois pratiqué par quelques octogénaires vivant du fromage
de leurs trois chèvres dans des hameaux reculés de la montagne mais bien la
langue de communication de 99% de la population catalane.J'ai appris qu'en
Roumanie -une de mes colocataires est roumaine-, on cuit les pâtes dans l'eau
froide. (Malgré mon ouverture d'esprit, le résultat ne m'a pas pleinement
convaincue). J'ai appris (à mes dépends) que quand un produit est rangé au
rayon lessive, qu'il ressemble à de la lessive mais qu'il n'est mentionné nul
part qu'il s'agit de lessive, c'est que... ce n'est pas de la lessive. Et oui,
lejia en espagnol ça veut dire eau de javel ; mon tee-shirt anciennement bleu
et qui arbore maintenant une couleur de saumon anémié s'en souvient. J'ai
appris à dire à ta santé en hongrois : Egészségedre! J'ai appris que la Catalogne n'est pas l'Espagne, sauf
pour ce qui concerne la ponctualité et qu'il n'y a pas une nuance mais un
gouffre entre ahora (trad. : maintenant, notion très vague surtout quand
il s'agit de l'heure d'arrivée d'un bus et qui peut largement s'appliquer à un
temps supérieur à la demi-heure) et ahora mismo (trad. littérale :
maintenant même, qui signifie que vous devriez apercevoir votre bus dans les
dix prochaines minutes). J'ai appris que le métier de traducteur simultané
était encore plus difficile à exercer lorsqu'il s'agissait de traduire de
l'allemand puisque le verbe est à la fin de la phrase. J'ai appris que le
catalan, le français et l'italien étaient trois langues issus du latin vulgaire
alors que l'espagnol découlait du latin classique et que cela expliquait que
fenêtre se dise finestra en catalan et en italien mais ventana en
espagnol (ventana venant du mot latin ventus, le vent, qui a
également donné wind et par extension window en anglais). Et j'ai
aussi appris que, pour trouver la réponse à une question, il faut commencer par
lire la question. Je m'explique...
De la difficulté de trouver sa place en tant que volontaire
Je l'ai déjà dit, je suis une grande fille. Ça fait quelques années tout
de même que je ne rapporte plus mon linge sale chez maman à la fin de la
semaine et que je gagne toute seule mon pain quotidien. Du coup, partir
travailler à l'étranger, ça ne me fait pas peur. Travailler en France, je sais
faire. On te fait signer un contrat de travail, tu as des tâches précises à
accomplir, des horaires à respecter. Faire la même chose de l'autre côté des
Pyrénées, ça ne devrait pas être sorcier.
Lundi matin 9 septembre, j'arrive à mon nouveau travail, « la Oficina
Jove Alt Urgell », je rencontre ma tutrice. On parle un peu, elle nous
donne, à moi et mes compagnes de SVE, un chronogramme avec les activités
auxquelles nous pourrions participer et... s'en retourne vaquer à ses
occupations. Mais non ! Attends, c'est pas juste, reviens ! On m'a pas donné
les consignes, à moi ! Comment ça, y a pas de consignes ? Mais, on fait quoi
alors ?
Je ne suis pas plus bête qu'une autre, je pense que chaque volontaire
européen est passé par cette phase. Après, il y a différentes manières de
réagir selon que domine plutôt en nous le binoclard du premier rang ou le
cancre à la recherche de la place la plus proche du radiateur. Il y a ceux qui
sont ravis de pouvoir ne rien faire et ceux qui angoissent à l'idée de perdre
leur temps, voire de se faire gronder. La première semaine j'oscillais un peu
entre les deux et j'étais franchement déçue d'avoir choisi un projet si peu
structuré. Et puis, à la lueur de la formation que, comme tout volontaire, j'ai
reçue quelques temps après mon arrivée, j'ai relu l'énoncé. Et là, révélation :
dans Service Volontaire Européen, il y a « Volontaire ». Ça
voudrait donc dire que c'est un peu à moi de créer les contour de mon propre
projet ? Que personne ne va me prendre par la main et me dire ce que je doit
faire ? Mais c'est déconcertant ça ! Et en même temps tellement intéressant !
Bon alors voyons, qu'est-ce que je sais faire ? Je pourrai peut-être m'occuper
des jeunes d'ici qui veulent partir en volontariat ? Ou bien donner des cours
de français ? Ou bien transcrire le fond documentaire français des archives
locales ? Ou monter un café des langues ? Et pourquoi pas ne pas choisir et
faire tout ça à la fois ? Alors je me suis prise moi toute seule par la
main, comme la grande fille de 28 ans que je suis, et je crois que c'est à ce
moment là qu'a vraiment débuté mon volontariat. On devait être à peu près le 20
septembre. Finalement, je ne suis pas si en retard que ça pour publier cet
article sur mes un mois de volontariat...
Sarah B.
Sarah B.
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